Las cortinas configuran un flujo libre y dinámico para la arquitectura. Creadas para proteger los ambientes, ya sea de la insolación o de los ojos externos, las cortinas se desenvuelven en la arquitectura y ganan protagonismo como un detalle estético o como una división sutil. Por su flexibilidad y movimiento, se han convertido en una solución cada vez más utilizada por arquitectas y arquitectos, permitiéndoles trabajar con capas superpuestas entre el interior y el exterior, aportando luz o sombra y transformando el espacio. A continuación, hemos recopilado algunos ejemplos de proyectos que comenzaron a adoptar cortinas principalmente en sus fachadas, transformando la percepción de la obra en su conjunto.
Romper la rigidez de la arquitectura no es tarea fácil. Pero elementos más ligeros, como la tela, pueden añadir más movimiento y posibilidades a la fachada, como se puede ver en Terrassenhaus Berlin, de Brandlhuber + Emde, Burlon + Muck Petzet, o en la Casa Lara, de Felipe Hess, que en su cubierta utiliza la cortina de lona para coronar el volumen que alberga el tanque de agua y la parrilla.
Otro ejemplo es el proyecto Pop-In, Pop-Out, Pop-Up, un cine callejero retráctil en Venecia que utiliza el mecanismo de cortina ajustable para generar cierres mutables, variando la visibilidad de las actividades interiores desde el exterior. Al pensar en el tema de la privacidad, los niveles de intimidad de la Capilla del Silencio también se ajustan según el deseo del visitante, haciendo que el ambiente permanezca cerrado y reservado para la oración o en plena conexión con la naturaleza circundante.
En Australia, el equipo de arquitectura de Matt Gibson Architecture + Design, realizó, mediante la simulación de luz solar y sombra, una serie de aleros en diferentes alturas y longitudes en la Casa Hiro-En, con el fin de diseñar una cortina exterior que entrega flexibilidad al admitir la luz solar del norte, además de protegerse del calor y los rayos del oeste. En este caso, la cortina de malla de acero inoxidable puede encerrar completamente el perímetro norte y oeste de la terraza, entregando protección contra la lluvia y refugio en los días más calurosos.
La cortina también se utiliza en instalaciones para aportar ligereza y transparencia, como en el caso del AntiRoom II, en el que las cortinas refuerzan una sensación de fluctuación e inestabilidad, o en el Pabellón Beyond the Wind, donde una cortina de plástico de distintos colores trabaja la translucidez de una forma más lúdica, reflejando diferentes colores que se transforman en el suelo y en la propia obra.
La cortina utilizada directamente en las fachadas, además de aportar mayor movimiento a la estructura arquitectónica, también amplía las posibilidades de composición y, principalmente, influye en la sensación del entorno desde el interior. La variedad de tejidos y texturas presenta un abanico infinito de alternativas, sin embargo, en este caso, cabe recordar la necesidad de buscar materiales que sean resistentes al clima y que reciban los tratamientos necesarios para un fácil mantenimiento y resistencia al fuego, temas fundamentales para alargar su vida útil y proteger su protagonismo de acuerda a la propuesta de cada proyecto.